domingo, 13 de febrero de 2011

¿Cómo se debería dar una clase?

Lo primero a la hora de plantearse cómo dar una clase es tener en cuenta la edad, tanto física como psicológica, de los alumnos a los que vamos a dársela.
Según Piaget, nuestra inteligencia pasa por cuatro etapas, y es imposible dar una clase de la misma manera a personas que están en etapas de inteligencia diferentes. Si es un niño entre 0 y 2 años, su inteligencia será exclusivamente práctica, y lo que convendría sería enseñarle a reconocer las cosas de forma sensorial: los colores, las formas, los olores,etc...
Si tiene entre 3 y 7 años, entre los que se comprende la etapa de la inteligencia intuitiva, el niño empieza a utilizar el lenguaje, y con él aparece la capacidad de reconocer símbolos y de reconocer al "Otro". El niño constantemente pregunta por todo, para así restablecer el orden, por lo que en estos casos hay que tener paciencia y responder de la mejor forma para que él pueda entenderlo. Además hay que favorecer el diálogo, para que los niños aprendan a hablar adecuadamente y, además, se den cuenta antes de que hay otras personas, tanto niños como adultos, que son como ellos. También hay que enseñarle que no todo está vivo, ya que es lo que el niño cree, y hay que enseñarle a compartir, ya que si lo aprende en esta etapa, en la que predomina el egocentrismo, le costará menos cuando sea mayor.
En la etapa lógico-concreta, lo que se debe hacer es enseñar al niño a hacer operaciones mentales concretas, y en la lógico-formal, hacerle razonar acerca de lo que tiene a su alrededor, ya que ahora es capaz de reconocer lo abstracto, y así favorecer que haga sus propias teorías sobre las cosas y no se deje influenciar por las creencias de otros.
Además de la edad, también hay que tener en cuenta la personalidad de cada alumno, ya que no se puede tratar de la misma manera a una persona extrovertida que a una introvertida. Cada persona se toma las cosas de una manera y reacciona ante ellas de forma diferente, por lo que hay que conocer los rasgos que se pueda sobre el alumno para facilitar las cosas.
Para ayudar al desarrollo de la inteligencia del alumno, cada vez hay que poner más obstáculos para que el alumno vaya aprendiendo y superándose a sí mismo, ya que si nunca aumentáramos el grado de dificultad, esa persona no desarrollaría su inteligencia, ya que no tendría que utilizarla para resolver ningún problema.
Obviamente todo esto no serviría de nada si no se captara la atención del alumno, por lo que hay que tratar de hacer una clase amena y entretenida para que éste no se aburra o se distraiga, pero siempre desde una figura de autoridad, el profesor debe mostrarse cercano pero a la vez por encima de sus alumnos, ya que sino, los alumnos pasarían de creer que es una clase divertida a creer que pueden hacer lo que les de la gana.
Además de estos estímulos y llamadas de atención para captar la del alumno, también hay que emplear mecanismos para que lo que se cuenta en clase quede grabado en la memoria del alumno, y así facilitar su aprendizaje. Si lo guardan en la Memoria a Largo Plazo desde el día en que se da en clase, a la hora del estudio ya tendrán gran parte del trabajo hecho.
El profesor tiene que hacer todo lo posible por motivar a sus alumnos, para que pongan sus propias metas, tanto en su vida como en los estudios, y luchen por alcanzarlas. Así, mediante elementos externos, que no crean la motivación pero en muchas ocasiones ayudan, el profesor podría conseguir que el alumno se motivara interiormente a sí mismo, y así alcance el objetivo de aprobar y, si es posible, aprender.
Pero en muchas ocasiones puede que ocurrir que un alumno no consiga su objetivo y se frustre. En estos casos el profesor tiene que ayudarle a utilizar un mecanismo de defensa adecuado, y no dejarse llevar por la frustración. Mecanismos adecuados para esto podrían ser el de supercompensación, con el que al suspender el alumno luchara hasta conseguir aprobar, el de introyección, poniendo de ejemplo a personas que admiren para así motivarles, y por supuesto, el de sublimación, con el que se transformaría el impulso agresivo en algo socialmente admitido.
Y, por último, hay que tener en cuenta las relaciones de los alumnos entre sí y con el profesor. El profesor tiene que impedir conflictos entre ellos que puedan llegar a romper el funcionamiento de la clase o herir física o psicológicamente a un alumno, o en algunos casos al profesor.

2 comentarios:

  1. 2 cosas:
    1.- ¿Es todo tarea del profesor, no deben hacer los alumnos?
    2.- ¿Y cómo conoce el profesor tan bien a los alumnos para poder hacer lo que dice? ¿Debe y pude conocer a todos y cada uno?

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  2. 1. No es todo tarea del profesor, también es muy importante que los alumnos pongan de su parte, pero yo estaba respondiendo a cómo se debería dar una clase refiriéndome a la actitud del profesor.
    2. No es su deber conocer a cada uno de sus alumnos como para poder conocer sus rasgos y su personalidad, pero sería algo que serviría de gran ayuda en el funcionamiento de la clase. Aunque obviamente esto es más fácil cuanto menor es el número de alumnos.

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